7 de junio de 2010

Day 15: The Petrie Museum of Egyptian Archaeology

Weather: hoy tenemos Sol de 16:00 a 16:15. Viva y bravo.
Salud: no me duele nada, toquemos madera.



Arqueólogos anónimos

El museo que sueña el arqueólogo (el egiptólogo más bien, en este caso) está en Torrington Place, entre edificios universitarios. Frente a la pomposidad del Museo Británico y su colección de piezas magníficas, el Petrie ofrece una colección “a pie de calle”, con fragmentos pequeños, ánforas rotas, dibujos descoloridos, bisutería fragmentada, algunos restos humanos, porcelanas, textiles. Frente a la iluminación bien estudiada del British Museum, aquí tenemos lugares que incluso precisan de una linterna. Frente al flamante techo transparente del atrio de aquél, que ahora cumple 10 años, el Petrie sólo dispone de algunas estanterías polvorientas, de cajones de muestras que podemos abrir a voluntad, en un conglomerado de 80.000 piezas repartidas en dos pequeñas salas. Nos basta éso. O tal vez no, tal vez echemos de menos los pantalones de safari y el salacot de Livingstone, y quizás un monóculo, para sentirnos como un explorador del siglo XIX que se encuentra con una orgía de restos de tres mil años de antigüedad semienterrados en la arena del desierto. El Petrie es una de esas joyas anónimas que aguardan en las grandes ciudades, esperando, como el sarcófago de los faraones antiguos, a ser descubierta por el ojo atento que no se queda tan sólo en la (magnífica, maravillosa) colección del British.


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